¿Duran los implantes toda la vida?

¿Duran los implante toda la vida?

Esta es una de las preguntas que más nos hacéis los pacientes antes de colocar el implante: ¿crees que duran los implantes para toda la vida? Bueno, la respuesta que damos siempre es la misma: DEPENDE.

Los implantes dentales: ¿cuánto tiempo duran?

Al igual que los dientes naturales, un implante dental durará mucho más tiempo cuanto más cuidados le demos. El hecho de que tengamos un implante «no natural» con una corona de porcelana «no natural» no significa que no haya que limpiarlos y cuidarlos tanto o más como si de un diente nuestro se tratase.

Cuando no nos cepillamos correctamente, no utilizamos el hilo dental o no nos revisamos periódicamente tenemos mucho más riesgo de caries e incluso en casos más avanzados de pérdida del diente. En el caso de los implantes puede suceder exactamente lo mismo.

Un implante puede fracasar por diversos motivos como la falta de higiene, tabaquismo o falta de revisiones. Además, algunas patologías como la diabetes no controlada o la ingesta de algunos medicamentos puede dar lugar a la pérdida de hueso alrededor del implante que facilite que éste fracase.

¿Qué es la periimplantitis?

La periimplantitis es uno de los principales factores que hacen que un implante no dure toda la vida. Consiste en la pérdida de hueso alrededor del implante, que provoca falta de integración, movimiento y fracaso del mismo. Para evitar una periimplantitis, como comentamos más arriba, es imprescindible mantener una muy buena higiene y revisar con frecuencia su evolución en las visitas al dentista. Principales causas de periimplantitis:

  • Tabaco
  • Mala limpieza
  • Diabetes no controlada
  • No realizar revisiones periódicas

Si me cuido bien, ¿entonces me duran los implantes toda la vida?

Dependerá de muchos factores: edad, medicación, higiene, hábitos perjudiciales, maloclusiones…

Por ejemplo, es más fácil que le duren «para siempre» los implantes a una persona de 70-80 años que si colocamos un implante a un joven de 20 años al que le quedan muchos más años de vida por delante.

En cualquier caso, son muchos factores los que pueden influir. ¿Nos hemos encontrado con pacientes que han tenido los implantes toda la vida? Sí. ¿Hemos tenido pacientes a los que les ha fracasado el implante 1, 2 y hasta 3 veces? Sí. Como decimos, el fracaso de un implante es multifactorial.

Alimentos y dientes blancos: mitos y verdades

frutos rojos

Alrededor del ámbito de la salud corren cientos de bulos y falsas creencias que en ocasiones pueden provocar el efecto contrario al que esperábamos. Hoy nos gustaría desmentir que existan alimentos que por su propia naturaleza provoquen unos dientes más blancos. ¡Imposible!

¿Qué determina el color del diente?

Bien, este es un punto fundamental para aclarar si queremos empezar por el principio.

Nuestros dientes están formados por los siguientes elementos:

  • Esmalte: es la capa exterior, la que vemos, es una capa muy dura y cubre la corona del diente y sirve de protección
  • Cemento: es como el esmalte, solo que no es visible ya que está tapada por la encía
  • Dentina: es el elemento principal que forma el diente y está protegida por el cemento y el esmalte. Cuando la dentina queda expuesta se produce la indeseable sensibilidad ante alimentos fríos, dulces, calientes…
  • Pulpa: es principalmente el conjunto de nervios y vasos sanguíneos que se encuentran en el núcleo de cada diente.

Pero, ¿por qué si todos los dientes se componen de lo mismo unas personas los tienes más blancos y otras mucho más amarillentos?

  • Hay algo en lo que jamás podremos influir, ni por mucho que insistamos podremos modificar: la genética. Observa los dientes de tus padres y abuelos y sabrás cuál es la base en la que se sustentan los tuyos.
  • Si fumas con regularidad tus dientes se irán tornando hacia tonos marrones y amarillentos. Dejar este hábito será beneficioso no solo para tener unos dientes más blancos, sino para gozar de un buen estado de salud.
  • Hay algunos medicamentos contribuyen a la tinción de los dientes
  • El uso continuado de pasta de dientes y enjuagues con clorhexidina también van tiñendo los dientes poco a poco.
  • El inevitable paso del tiempo y la edad
  • Por último, alimentos como café, vino tinto, refrescos de cola y, en general, tener hábitos alimenticios poco saludables contribuyen a un oscurecimiento de los dientes.

Por todos estos motivos, aunque tengas unos hábitos de limpieza bucal exquisitos, puedes tener los dientes más oscuros que otra persona.

Alimentos para blanquear los dientes: eliminando mitos

Es probable que hayas leído por internet que las fresas son estupendas para blanquear los dientes porque contienen ácido málico.

En primer lugar, este ácido no solamente se encuentra en esta fruta, sino que también podemos ingerirlo al tomar manzanas, cerezas o uvas.

Es cierto que funciona muy bien y es un gran aliado para limpiar y como antiséptico. Pero de ahí a creer que comiendo fresas tendremos los dientes más blancos hay un gran salto.

De hecho, y aquí viene la parte más importante, el exceso de este y otros ácidos puede provocar incluso el efecto contrario al esperado y deteriorar nuestro esmalte (el cual no puede regenerarse).

 

Alimentos que conviene evitar

Sin lugar a dudas, hay algunos alimentos y hábitos que no aportan nada bueno para mantener un tono blanco de nuestros dientes. Son algunos de los siguientes:

  • Vinos, especialmente el vino tinto
  • El té verde y el té negro
  • El café
  • Zumos de frutos rojos como granadas, moras o arándanos
  • Vinagre balsámico
  • Salsa de soja
  • Curry

Ojo, no es que sean malos para la salud en general, sino que no contribuyen a mantener unos dientes blancos.

Alimentos que sí se recomiendan

Estos son algunos de los alimentos que sí son recomendables para mantener unos dientes más blancos:

  • Manzanas
  • Judías verdes
  • Peras
  • Apio

En general, comer frutas y verduras tiene efectos beneficiosos para la salud: son bajos en calorías y además su gran cantidad de nutrientes provoca mayor flujo de saliva. El aumento de ésta contribuye a frenar que los ácidos de los alimentos puedan dañar nuestro esmalte, manteniendo así una salud bucal mejor.